jueves, 5 de noviembre de 2009

Media sanción a las leyes de identidad


Nos entregaban como si fuéramos cachorros a otras familias”, relató Victoria Donda, nacida en la ESMA y apartada de su verdadera familia hasta hace cinco años. Fue el instante más estremecedor de la jornada. Tenía en el cuello un pañuelo blanco –de los que usan las Madres de Plaza de Mayo en la cabeza– y con la voz entrecortada valoró que el proyecto les quita el peso a los hijos de desaparecidos de acusar a sus apropiadores, en algunos casos queridos por las víctimas.

“Te sacás una mochila de plomo. ¿Saben la tortura que significa estar esperando la muerte de personas que vos querés, como tus padres (de crianza), para saber quiénes son los verdaderos?”, describió.

A su turno, el legislador oficialista Remo Carlotto hizo una encendida defensa del proyecto que dispone la obtención de ADN de las víctimas de sustitución de identidad durante la dictadura aun cuando no estén de acuerdo. “No se trata de dulces adopciones. En sólo 15 de los 98 nietos encontrados se actuó de buena fe. El resto se trata de casos vinculados a represores”, sostuvo.



Desde los palcos, asentían Abuelas y Madres de Plaza de Mayo, entre las que se encontraba su propia madre, Estela de Carlotto.



Esa iniciativa, que ahora deberá tratar el Senado, regula un vacío legal al modificar el artículo 218 del Código Penal y establecer que la obtención de ADN se haga “del modo menos lesivo para la persona y sin afectar su pudor”. Si el presunto hijo de desaparecidos se resiste, el juez podrá ordenar el secuestro de objetos que contengan células ya desprendidas del cuerpo, por ejemplo ropa o un cepillo.



La otra iniciativa que aprobó ayer la Cámara de Diputados fue el traslado del banco genético –que funciona desde 1987 en el Hospital Durand, bajo la órbita de la Ciudad de Buenos Aires– al Ministerio de Ciencia y Tecnología.


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